Por lo que estos son algunos consejos que hemos encontrado altamente efectivos para sacarle el mayor provecho a tus mañanas:
1. Administra tu energía, no tu tiempo:
Si reflexionas sobre ello, probablemente te darás cuenta de que eres mejor en hacer ciertas tareas en determinados horas del día. Por ejemplo, mi energía creativa es más alta en la mañana, por lo que es en las mañanas cuando me dedico a escribir.
Por lo tanto, y debido a la naturaleza de mi trabajo, puedo pasar a la tarde las entrevistas, las llamadas telefónicas y los correos electrónicos. No necesito mi energía creativa sea alta para esas tareas. Y es en la tarde o temprano en la noche cuando tengo más energías, por lo que salgo a caminar o voy al gimnasio.
Cada persona es diferente y cada trabajo también, así que analiza: ¿Qué tipo de energía tienes en la mañana? ¿Qué tarea debes realizar al iniciar el día?
2. Prepárate la noche anterior:
La preparación consiste en tratar de dormir temprano y nunca con el estómago lleno, además apunta en una libreta las tareas más importantes a iniciar, gestionar o finalizar el siguiente día, unos 10-15 minutos de organización la noche anterior te puede ahorrar fácilmente unas 2-3 horas del día siguiente y varios dolores de cabeza.
3. Posterga las tareas administrativas para más tarde:
No confundas esto con la procrastinación (acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyendolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables). Nos referimos a superar la tentación de abrir el correo, revisar las redes sociales, etc…, con el tiempo te darás cuenta de que todo puede esperar un poco, a menos que seas responsable de dar atención inmediata. Nadie va a enviarle un correo electrónico acerca de una verdadera emergencia, así que olvídate de tu email y las redes sociales durante las primeras horas de cada día. Utiliza la mañana para hacer lo que es importante en lugar de responder a lo que es “urgente”. Personalmente recomiendo atender todas las llamadas.
4. Trabajar en un lugar fresco.
¿Alguna vez te has sentido mareado y débil en una habitación caliente? Trata de trabajar en cuarto con temperatura fresca y mucha luz natural y te será más fácil enfocar tu mente y tu cuerpo.
5. Mantenerse en movimiento: Sentarse y pararse
Tu mente necesita oxígeno para funcionar óptimamente. Tus pulmones tienen que ser capaces de expandirse y contraerse para llenar tu cuerpo con oxígeno. Esto suena bastante lógico, pero he allí el problema: la mayoría de la gente se sienta encorvado cuando empiezan a trabajar frente a la pantalla.
Cuando te sientas encorvado debes saber que tu pecho se encuentra en una posición plegada y el diafragma está presionando contra la parte inferior de los pulmones, lo que dificulta su capacidad de respirar con facilidad y profundamente. Siéntate con la espalda recta o de pie y encontrarás que puedes respirar más fácil y mejor. Como resultado, tu cerebro recibe más oxígeno y serás capaz de concentrarte mejor.
6. La comida es la gasolina de tu cuerpo.
No confundir esto con comer en demasía o comer de todo, así como a tu carro debes echarle la mejor gasolina y la necesaria, pues nunca vas a echarle a tu carro gasolina de baja calidad ni llevarás gasolina extra en el baúl. Pues lo mismo ocurre con tu comida, debes ingerir la de mejor calidad en términos nutritivos y lo necesario.
Algunas personas recomiendan el ayuno, pero cada uno de nosotros funciona diferente, yo funciono con esta premisa: Desayuno como rey, almuerzo como empleado y ceno como pobre.
Pero la salud es sólo una pieza del rompecabezas. Trata de llevar siempre una barra de granola a la mano, para aquellos días muy intensos. Tómate un momento en pensar cuánto tiempo utiliza la gente cada día en la planificación, preparación y consumo de comida.
7. Desarrollar una “rutina antes del arranque” para comenzar tu día.
Arranca el día tomando un vaso de agua fría. Alguna gente comienza su día con diez minutos de meditación. Del mismo modo, tú debes tener una rutina al iniciar la mañana. Estas señales de rutina envían la orden a tu cerebro que es hora de entrar en el modo de trabajo o en el modo de ejercicio o el modo que necesites para estar listo. Además, esta rutina antes arrancar el día te ayudará a superar la falta de motivación, sobre todo cuando no tienes ganas de hacer nada…
Esto no es ciencia. Lo que hagas cada mañana es un reflejo de cómo enfocarás el resto del día. Son las decisiones que rutinariamente tomamos las que determinarán la vida que vivimos, la salud que disfrutamos, y el trabajo que tenemos.
Tienes 20.000 mañanas, o un poco menos, pero… ¿Qué vas a hacer con cada uno de ellas?
Inspirado en el artículo de Entrepreneur: 8 Steps to Having Wildly Productive Mornings
Ignacio Ramos, Número Central.
Muy buen artículo!